Por: Miguel Angel Garoli
Sergio Rodríguez Cortes es el Procurador del Medio Ambiente en el estado de Veracruz, pero su función ha sido casi desde que llegó, exprimir el nombramiento y sacarle todos los billetes posibles.
Que feo se puede leer y escuchar esa frase, pero el caballero ya se convirtió en la oveja negra del rebaño, porque mientras el resto de secretarios del gabinete trabajan en sus propias responsabilidades, éste funcionario de extracción perredista, solo hace proyectos para obtener ganancias económicas.
En dos años no ha dado una nota buena dirían los compañeros periodistas, siempre anda metido en líos y esa imagen más temprano que tarde va a perjudicar la firma 4T.
Se peleó con WalMart, con la familia Malpica por clausurar el crematorio La Luz, con los transportistas, con empresarios de la zona portuaria, con los propietarios de los rellenos sanitarios y en todos los casos existe malestar, porque antes les quiso negociar la multa o la clausura.
Su compañero de aventura es el subprocurador del Medio Ambiente, Ernesto Cuevas Hernández, que en sus momentos de “alegría” ha dicho que él es quien opera esa dependencia, pero de los dos no se hace uno.
Ahora que sale a la luz pública el abandono de tres plantas de tratamiento de aguas negras en el municipio de Veracruz, se debiera ver la actitud estricta de la PMA, porque los escurrimientos de esas aguas que ya no son tratadas van a parar a los ríos, lagunas y hasta el mar con una terrible contaminación.
Ahí debieran estar estos señores, pero solo buscan “clientes” para sacar provecho y todo indica que se van por la “libre”, son dueños absolutos de sus acciones y programas de trabajo sin que nadie les marque el alto a tantos desmanes.
Lo que se sabe de sus arbitrariedades es porque los afectados no se dejaron y se defendieron con lo que pudieron, pero cuantos otros habrán sido víctimas de ese acoso en el que se han especializado y del que han salido ilesos, seguramente deben ser muchos más pero para no tener problemas los afectados evitan hacer denuncias.
